Acostumbro a darles largas. Cuando llaman a horas que todos
sabemos diciendo: “Soy su asesor personal de…”, en mi casa, si son mis hijos, hay
consigna de decir: “Mi padre está haciendo cacas”; si es mi mujer dice: “Está de
viaje y no sé cuando llegará ”.
A estos sí los tengo ganas, me han llamado tres veces
(también a mediodía), y la próxima – POR MI MADRE – que me pongo y de paso, les
pongo.
Sí, los de Ibertrola quieren hablar conmigo para saber
porqué injustificable e incompresible razón me he dado de baja. Pues mira Samantha,
y entonces le cantaré con toda educación: “por el mar corren las liebres por el
monte las sardinas”, ¡ah!, ¿qué no sabes de qué va?, pues te lo cuento le diré:
Ding, dong… Buenos días, soy comercial de Ibertrola, (ignorante de que facción:
Último recurso, Plan hogar..), bueno…, el caso es que queremos rebajarla el
precio del consumo por kilovatio, ¿qué le parece?, ¿bien, verdad?, usted solo
tiene que firmar aquí”.
Nadie en plenitud entiende que una empresa, llámese Ibertrola,
gaste su dinero en formación y salarios de personal para que vayan de casa en
casa rebajando sus recibos, cuando su queja diaria es que pierden dinero. En
este caso lo hicieron con alevosía a una respetable anciana de 91 años, mi
madre, mujer que piensa que todo el mundo es bueno, que tiene palabra y ¿cómo
van a engañar a una anciana?.
¿Dónde está el truco, que lo hay?. En la copia de un
leonino contrato la han activado dos casillas, la primera es un seguro de
averías urgentes (en sus 91 años de vida jamás ha utilizado algo semejante), y
la segunda, si cabe, es más sangrante
todavía, se trata de un aseguramiento de pago por si se queda sin empleo, o tal
y como está la cosa, si se le acaba el paro, ¡con 91 años!. Resultado: El
primer recibo viene con una rebaja de 2,20 euros y un cargo de más de 5 euros
de los dos seguros, es decir 3,50 euros de más al mes, que esto multiplicado
por 12 meses y miles de abonados crédulos, da cifras que justifican la
contratación comercial.
Hemos pasado de la subvención ilógica por instalar placas
solares, fotoeléctricas, energías renovables y demás productos, a cuando hay
personal suficiente debidamente agarrado justamente de ahí, aplicar con las
bendiciones del gobierno un cargo por el “flujo cesante” (hay que joderse si
son rebuscados) estas son las cantidades que dejan de percibir estas empresas
aconsejadas por ex -presidentes, ex -ministros, etc.. Hay otra más gorda,
fíjense en los recibos, cada vez que baja el consumo, con toda impunidad
aumentan el término fijo. Ahora voy
entendiendo la incongruencia entre la gran deuda acumulada de las eléctricas y
los muchi-millonarios beneficios anuales después de descontar los salarios
desorbitados para los consejos de administración, en este caso Ibertrola. El
resto de compañías hacen lo mismo con seguros de calderas y averías engañosos y
demás orgías previstas. Cuando oigan ding, dong… estén atentos y canten: “Mi
abuelo tenía un huerto…”.
Al comercial, que poca culpa tiene, le diría que de paso se
lo haga también a su madre, y recordarle que Dios mata un gatito cada vez que
alguien miente… ¡Qué no!, que es mentira.
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