Necesito una pieza de tela blanca de 1,20x2,80 metros. Lo
siento señora, se han acabado las existencias; puede mirar en otro comercio que
hay 50 metros más abajo… Tejidos La Esperanza, creo se llama, posiblemente les
quede algún retal. ¡Ojalá tenga suerte!.
Lo quiere para hacer una pancarta dando la bienvenida a un
hijo que regresa por Navidad, ¿verdad?. ¿Cómo lo sabe?. Últimamente hemos
tenido demasiadas peticiones en este sentido. Los regresos estacionales se han
multiplicado por 600, y no son más porque todo ahorro es bueno. Hace muy
poquitos años se ceñían exclusivamente a bulliciosos e ilusionantes Erasmus y a
pocos esperanzados trabajadores. Por el año 2007 la tasa de paro juvenil
rondaba el 20%, en 2013 está llegando al 60%. Lo triste es que además es una
generación sumamente preparada, los que parten son médicos, ingenieros, economistas,
enfermeras…, todos ellos esforzados universitarios, a los que damos un portazo
como si fueran apestados. No van en patera, ni organizados por mafias, pero si
como consecuencia de legislaciones mafiosas. Señora, tenga en cuenta que desde
el año 2008 han salido de España en busca de sustento – ni tan siquiera de
fortuna - 390.206 jóvenes. Desde ese fatídico año se han incrementado el 32,7%
las salidas juveniles. Dos de cada tres buscan trabajo fuera, el otro deambula
en busca de un empleo precario, algo normalito, sobre 600 euros, que los
mileuristas están en extinción, en fin, algo que con 32 años le permita no
tener que pedir la propina a sus padres, que por cierto están en paro.
Estamos en un país desilusionante, donde poco o nada se hace
por fomentar el trabajo juvenil, por retomar la natalidad, y mucho para privar
de merecidos servicios a los viejos, los que decíamos mayores antes de las
reformas en materia asistencial. Lo cantaba Serrat: “A los viejos se los aparta
después de habernos servido bien”. Este será un país de viejos, porque a los
jóvenes, en tan solo 4 años los convertimos en exiliados precarios, eso sí,
gobiernos incompetentes adornan tan obligada
y dolorosa salida con eufemismos (Eufemismo: Manifestación suave o
decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante), me
refiero sin eufemismos a hijoputeces como: “movilidad exterior” o “espíritu
aventurero”, expresiones que consiguen que
padres y madres maldigamos todos sus ascendentes y por si acaso, también descendientes,
que podemos ver desde hace muchas décadas los mismos apellidos ilustres
frustrando nuestros destinos. Decía Manuel Barrio cuando partía a Chile: “No
nos vamos, nos echan”. Así de triste.
Y pensar que no se ponía el sol.
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