Ahora que estamos en plena precampaña electoral, haciendo
una retrospectiva de honestidad en líderes políticos, compruebo que me quedé
anclado en la época de Demetrio Madrid, mi último referente en honestidad
política.
Para los más jóvenes y/o de otras “autonosuyas,” les
contaré que Demetrio fue el primer presidente de la Junta de Castilla y León,
surgido más bien por las desavenencias del PSOE que de su consenso y apoyo. Resultó
un hombre válido y tranquilo, que se vio zarandeado por la alícuota parte de
trepas de su partido y también por la leal oposición. No había trincado,
malversado, prevaricado ni nada parecido. A resultas de un asunto judicial,
particular y laboral, mi admirado Madrid, DIMITIÓ (del verbo dimitir, que
sí existe) para ocuparse en demostrar su honestidad. Consecuencias: acabó el
mandato el parcheado José Constantino Nalda. A continuación ocupó la
presidencia el amigo de Bush, sí, aquel que los ponía en la mesa (los pies),
José María Aznar. Creo que desde entonces no se han dado más casos de apechugar
con lo de uno, vamos, que cuando se es sospechoso de algo, de dimisión
voluntaria nada de nada. Por cierto, el señor Madrid fue absuelto de todos los
cargos y nadie pidió perdón. Eran los años 80.
Tras aquellos casos de hermanísimos y “roldanes” que lograron
nos rasgáramos las vestiduras ante tanto desmán, resulta que con el paso del
tiempo y comparado con lo de hoy, aquellas han resultado ser nimiedades y banalidades.
Hoy vemos la corrupción instalada como algo innato en los genes de los
políticos, organizada, asumida, e incluso justificada y amparada. Para paliar
su mala imagen algunos partidos han conformado “su” Código Ético; cuando sucede
esto, el portavoz de turno en convocatoria de prensa, con voz engolada afirma
que se trata de un ejercido de transparencia,
honestidad y altura política insólita, algo jamás conocido, que otros
partidos tendrían que aprender y que no dejarán ningún resquicio a corruptos,
desviadores, evasores y demás formas de armarla; vamos, que el que la hace, ¡la
paga!.
¡Ay! , el papel y
los medios lo soportan todo, y el código solo funciona hasta que sale un “presunto”
caso en el partido, entonces todo son matices, lo que pido para los demás, no
lo aplico para mí.
Chaves, Zarrías, Griñán, Pujol, Monedero, Tania, Sanchís,
Lapuerta, Naseiro, Blesa, Fabra, Bárcenas… hay tantos y tantos nombres, que
acabarían con la memoria del ordenador y el bostezo del lector. Vemos estos días
como se atacan entre gobierno y oposiciones. Otra vez el tú más, lo tuyo es de
escándalo, lo mío tiene matices, repite cada uno.
Respecto al problema de los ex-presidentes
de la Junta de Andalucía, escuchaba unos
meses atrás a un bisoño Pedro Sánchez entrevistado por Jordi Évole, que tras preguntarle
como sería su actuación en caso de ser imputados Chaves y Griñán afirmaba: “Les
exigiría que abandonen su acta de senador y diputado”. Ahora, una vez que
esto ha ocurrido, matiza que lo hará si la justicia los involucra por presunto delito.
Posteriormente – pienso - dirá que cuando les juzguen, y más adelante que ya ha
prescrito y que en todo caso fue antes de llegar él, y así auténticos mamuts
políticos seguirán conformando las filas en los partidos. En otros casos no ha
argumentado ni esperado tanto, ha fulminado a varios sin tan siquiera estar imputados, y
han sido defenestrados de sus cargos: José María Fraile, los de las tarjetas
black, Tomás Gómez, etc…
Tenemos a Tania Sánchez que tampoco sabía nada de las
partidas que su ayuntamiento entregaba a la empresa de su hermano. Vemos a los que
pueden y son adalides de la transparencia haciendo declaraciones paralelas a Hacienda.
Sí, ese que aboga con vehemencia por una
ley de incompatibilidades o un salario máximo de tres veces el S.M.I. ha cobrado
425.000 euros por unos informes (cobrando ya de profesor), o escuchamos a Pujol justificando sus dineros
evadidos, contándonos que su abuelo tacita a tacita, le dejó uno ahorrillos en
Andorra porque que el azúcar allí estaba más barato.
Por otro lado, el Partido Popular, tras criticar duramente
las actuaciones de otros colegas, en boca del deslenguado Carlos Floriano,
opina sobre la imputación de su Juan José Imbroda: “Todos los casos no son
iguales y no conviene hacer generalizaciones”. Mientras, su portavoz en el Congreso, y no menos locuaz Rafael
Hernando, aconseja al líder de la pírrica oposición que: “coja el cubo, la
fregona y pase el mocho al PSOE de Andalucía”, vamos la prueba del algodón.
Más o menos pide una limpieza tan en profundidad como la que hicieron ellos con los
ordenadores de Bárcenas, digna de Don Limpio. También éstos han expulsado a
gente sin relevancia ni trascendencia, sin embargo con los tesoreros no han tenido
agallas, claro, sería admitir la implicación del partido en cajas B.
La verdad es que no haría falta un código ético, si todos
fueran como mi legendario y admirado Demetrio Madrid, al que no le hizo falta
firmar algo como: “Presentaré mi dimisión inmediata si, ejerciendo cargo
público u orgánico, se me abre juicio oral por un procedimiento penal por
delito grave…”, entendió que esperar no era lo más coherente. Lo que tendría
que hacer esta gente es marcharse a su casa, defenderse lícitamente, y lavar su
imagen. Harían de paso un favor a sus
partidos, nación, comunidad, municipio, y ya para mayor gloria, a todos los
españoles.
Todavía habrá quien se pregunte en mayo por tanta
abstención y voto nulo en las elecciones. Claro, que de manera torpe y mirando
solo el dedo que apunta a la luna o el roto de su ombligo, añorando el NO-DO acabarán
justificándose con el consabido “es una lástima, no hemos conectado, no han
entendido bien nuestro proyecto, y somos pésimos vendedores de los logros
conseguidos”.
Sigo en un “sinvivir”. Hoy me despierto con una serie de noticias
que me encorajinan hasta la saciedad porque es incomprensible que tanta tropelía, tanta insidia y tanta
crueldad pueda pulular por el mundo. No me refiero a lo que recoge la prensa escrita sobre lo
dicho por Christine Lagarde como directora gerente del FMI: “Los ancianos
con su longevidad son un riesgo para la economía mundial. Hay que hacer algo”;
claro que tras opinar sobre ella Maduro, al decir que tiene un espagueti en el
cerebro, yo ya me quedo más tranquilo.
Pero esta noticia es una tontería, lo que me afecta más son
unos titulares de hoy, 19 de febrero, dignos del mismísimo Gila: “Se ha
perdido el sumario sobre el borrado de los ordenadores de Bárcenas”. Otra
noticia ha sido la lanzada por la alcaldesa de Redueña (Madrid), tras obviar
que ya la había suspendido antes otra profesora en Geografía Política, afirma
que su “profe” de entonces, Pablo Iglesias no la aprobó “por ser correcta en las formas, vestir normal
y llevar perlas como adorno”. Esto si es un notición y una tragedia nacional;
yo es que pediría la expulsión cautelar de todo para el “coleta” mientras se
investiga el caso en profundidad, es decir, saber si tiene fobia a todas las
Heidis que visten correctamente con su camisita
y su canesú, si padecía de ataques de caspa, o averiguar si las perlas eran
japonesas, de Mallorca o australianas,
que no tienen nada que ver. Qué trauma tuvo que pasar la pobre María de las
Mercedes Pérez González, (así se llama la vilipendiada), y encima Manos Limpias
¡mirando hacia otro lado!
Como colofón y apoteosis final paso a la última: “Rato
reclama 380 euros por sus cojines” (Diario Montañés). Resulta que llevó
unos grandes cojines para arreglar a una aviesa y aprovechada modistilla - ya sabemos todos
como son las de la aguja - y el pobrecito se retrasó en ir a recogerlos unos
meses, así que cuando llego, la malvada, la irresponsable, la pérfida, la…
(solo falta que sea de Podemos), en un acto de represión al orden político establecido,
al PP, y de odio político visceral al
FMI, a Bankia y a la madre que lo parió, había entregado sin recibo a los
aprovechados de Cáritas los citados almohadones. ¡Mira que si no tenían borra!.
Seguramente mañana será noticia que Cristiano tiene un sabañón en la oreja que
le afea el pendiente, o que Messi se ha operado su fimosis, pellejo “prepucial”
que era el causante de sus vómitos en el campo.
Estas son noticias significativas de primera plana y no los
parados, los de la exclusión social, los desahuciados, los pobres energéticos,
las familias con todos sus miembros en paro o los que se han tenido que marchar
a otras tierras, esas son tan solo humo confuso que tapa los logros a cuenta de
las malas lenguas que son derrotistas del todo.
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