No,
no va de coprología. Va más bien del “tufillo” que desprenden ciertos
comportamientos humanos, o más bien, políticos.
Apuntaba en mi último libro publicado, “El
Camino de Santiago para menos ortodoxos”: “En materia milagrera y de
nombramientos santos, todo debe hacerse con la debida prudencia y sin pasarse,
ya que en ocasiones son paradójicos, divertidos y hasta grotescos estos asuntos...
Si en otros tiempos alguna imagen mariana fue investida de cargos militares, en
los últimos años también han surgido noticias curiosas…, y hasta se la ha
condecorado con la “Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil”.
Estos cargos castrenses pueden otorgarse también a vírgenes locales: “La Santísima Virgen de los Dolores de Archidona
(Málaga) recibe la Cruz de Plata de la Guardia Civil "por orden" del
ministro del Interior Fernández Díaz”, claro que al enterarse los grupos laicistas
protestan y es la Audiencia Nacional quien tiene que decidir la validez de la
orden”.
Pues bien,
estos grupos laicistas, o algunos de sus miembros, dependiendo si lo acontecido
es en su pueblo, ya no lo ven tan mal. Resulta que un “podemita”, alcalde de
Cádiz, de nombre José María González Santos, más conocido como “Kichi”, y de
quien sus votantes, se supone, no esperaban comportamientos afines a su
antecesora Teófila Martínez, ha concedido la Medalla de Oro de la ciudad a la
Virgen del Rosario. Aunque personalmente solo vea en ello el valor de la
tradición, no voy a ser yo quien ponga peros a los méritos de la citada Virgen,
ya que por connotaciones históricas, de amistad, generosidad y gastronómicas en
grado estrella Michelín, todos los años celebro su festividad en las burgalesas
tierras de Valdorros. Siempre he sentido gran respeto por ideologías
ancestrales, aunque sean ilógicas, pero no por ello voy a dejar de poner pero y
foco en algunos personajes, que criticando lo de otros, alaban y justifican lo
mismo cuando son ellos los protagonistas. Yo es que me descojono con el chaqueterismo
y los dobles discursos de todos nuestros políticos.
En razonamiento
coherente, no se pueden hacer discursos contradictorios, como por ejemplo el de
“Por Cádiz si se puede”, marca ligada y
afín a “Podemos”, que aboga por la supresión de la Semana Santa, y por
otro impone la medalla a la Virgen correspondiente. Si 6000 firmas amparan la
deriva ideológica preestablecida del discurso inicial, todo se puede cambiar y
maquillar: “Los urbanitas de izquierda tenemos que aprender a respetar esas
tradiciones tan arraigadas en el pueblo”, ha dicho Iglesias sin sonrojarse.
El señor Garzón, líder de “IU”, más consecuente con su ideología ha
manifestado: “No soy muy fan de las medallas, menos si se dan a seres
inanimados”, pero sucede que “Ganemos Cádiz”, nombre con el que se presentó
Izquierda Unida a las elecciones gaditanas, en la votación correspondiente, se
abstuvo. ¿Dónde queda aquello tan
repetido del estado laico y aconfesional, o las justificaciones para entrar
“tetas al aire” en las iglesias incomodando a asistentes y faltando el respeto
a creyentes convencidos?
Por
intentar quedar bien con todos, tampoco se puede por una parte romper una
tradición de décadas por la que se otorgaba el Bastón de Mando a Jesús el
Nazareno, y por otra “acudir a la
procesión acompañando a su madre y en calidad personal, no como cargo público”,
pues sepa señor alcalde Kichi que, “la solución causa sorpresa entre la cofradía…
cuyo hermano mayor tan sólo le ha pedido que no monte un “circo mediático”.
Me mojo, pero poco, ¿verdad?. Señores Iglesias y Garzón, don Pablo y don
Alberto, así también lo hizo Fernández Díaz y ustedes lo vapulearon. Doble
discurso y doble rasero; lo dicho de los pedos.
Iglesias,
Pablo, otrora defensor a ultranza del laicismo, y recalcitrante opositor en
instituciones de crucifijos, tonsuras y sotanas, comentaba que llamó asustado
al alcalde para conocer la jugada de primera mano y, como hay que hacer piña,
concluyó salomónico: “Yo creo que Kichi lo ha manejado de una manera muy
laica en el sentido de que se trata de una muestra de respeto a los
sentimientos populares”. ¡Pues recuerde lo del respeto a Rita Maestre!; por
cierto, creo que están ansiosos por ver tan turgentes y generosos pechotes en
el mihrab de alguna mezquita, pero creo
que de momento, ni está, ni se la espera.
Seguramente
podría decir Kichi que todo esto sea debido a que en Andalucía tanto llamar a
alguien “hijoputa”, o la celebración de la Semana Santa, son cosas que en el
sur adquieren distintas connotaciones que en el resto de España. Pero hay más.
Si en su ideario se etiqueta como pacifista, y en su verborrea ataca con
virulencia al ministro de turno por la venta de armas a países donde no se
respetan los derechos humanos, no es de recibo justificar y defender la
fabricación de barcos militares en astilleros gaditanos con destino a estos mismos
países. Con fariseísmo demostrado, porque el aroma de su propia mierda no le
afecta, y más porque sus bienes curan sus males, sobre lo suyo inmediato decía este
alcalde: “Uno primero tiene que llevar el plato de comida a sus hijos y a su
familia, pero el equilibrio de la geopolítica y la paz mundial no puede caer
sobre las espaldas de los trabajadores, nosotros no decidimos sobre la guerra
ni somos soldados”. Cierto, pero en los astilleros de Cádiz, Ferrol,
Cartagena, Gijón, Manises, Sestao o Puerto Real, también tienen familia que
come, y seguramente también sean pacifistas. Groucho lo clavó: “Estos son
mis principios. Si no le gustan… tengo otros”.
La nota
jocosa la han puesto los pastafaris que, con el doble de rúbricas recogidas, amparándose
en el precedente kichiriano, han solicitado la misma concesión a su siempre
venerado, admirado y único dios, el “Monstruo Espagueti Volador”, eso sí, con
Toisón prendido. ¿Y por qué no? ¿Hay quien dé más?
Lo decía
Forest: “tonto es el que hace tonterías”. ¿Y a quién voto?
Antonio
Arribas Carballera
Como siempre "sembrado".
ResponderEliminarEstupendo articulo,Como siempre Lo clavas.Gracias
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